lunes, 13 de mayo de 2013

La independencia "Etapa inicial"

La nueva España se encontraba a principios del Siglo XIX en una aparente calma, pero para los ojos de un viajero extranjero como lo fue el Barón Alejandro Von Humboldt, esta tranquilidad era ficticia desde un tiempo atrás. Tan es así que, en la ciudad de Querétaro, se estaban reuniendo clandestinamente en la casa del Corregidor de ese lugar, Don Miguel Domínguez, algunos militares y civiles que no estaban de acuerdo con el gobierno Virreinal. La esposa del Corregidor, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, aparentaba estas reuniones como tertulias sociales; pero, en realidad los insurgentes conspiraban contra el gobierno establecido. Ellos se hacían llamar "La Academia Literaria". La etapa de la iniciación de la Independencia, comienza con una serie de acontecimientos muy importantes, terminando la muerte de los primeros caudillos. La conspiración de Querétaro fue descubierta, de lo cual se enteró la Corregidora Doña Josefa Ortiz de Domínguez, quien a su vez hizo llegar la nefasta noticia al Capitán Ignacio Allende y al Capitán Aldama. Este último se dirigió al pueblo de Dolores en Guanajuato para avisarle al cura del lugar, Don Miguel Hidalgo y Costilla.
Hidalgo, al enterarse de que habían sido descubiertos, dice lo siguiente: "Caballeros, estamos perdidos, no hay mas remedio que ir a ***** gachupines". En ese instante llamó a misa y en el atrio de la iglesia acompañado por su hermano Mariano Hidalgo, los capitanes Allende, Aldama, Santos Villa, y otros, arengó al pueblo a que lo acompañaran a quitarle el gobierno a los españoles. Salió rumbo a la ciudad de Celaya, y a su paso por el pueblo de Atotonilco, tomó el Estandarte de la Virgen de Guadalupe que sería desde ese momento la patrona de esta lucha y de los insurgentes. Una vez más se convertía en la patrona e inspiradora del pueblo de México.
Con el estandarte en la mano, Hidalgo gritó: iViva la Virgen de Guadalupe! iViva la Independencia! iViva la America! ¡Muera el mal gobierno! iViva México! Lanzándose a la lucha, con un ejército mal organizado, mal armado, se inicia el movimiento de independencia.
El primer enfrentamiento armado de grandes consecuencias tuvo lugar en la Ciudad de Guanajuato, donde la población española se había refugiado en el edificio de la Alhóndiga... un punto en el cual era menos que imposible apresar a los representantes del gobierno español, lo cual se logró gracias al valor y coraje de un minero apodado "El Pípila", (se le daba ese nombre, por tener la cara cubierta de pecas y por la similitud con los huevos manchados del guajolote, al cual, en idioma indígena se le Ilama pípila) quien se colocó sobre su espalda una loza de piedra para que no lo tocaran las balas enemigas. Acercándose a la puerta del edificio le prendió fuego, consumiéndose esta, pudieron penetrar los insurgentes y salir victoriosos de este enfrentamiento.
Después de esta victoria, los insurgentes decidieron tomar la capital del Virreinato para lo cual marcharon hacia la misma, pero muy cerca de ella, en el lugar Ilamado Monte de las Cruces en el actual Estado de México, Hidalgo dio la orden de regresar sin tomar la ciudad.
En el pueblo de Aculco fue derrotado por los realistas españoles. A su regreso, Hidalgo se estableció por corto tiempo en la Ciudad de Guadalajara, donde dio varios decretos con respecto a las tierras para los indios, y posteriormente en la Ciudad de Valladolid, hoy Morelia, da el decreto de abolición de la esclavitud para los negros e indios.
Cerca de Guadalajara, en el lugar Ilamado Puente de Calderón, Hidalgo fue nuevamente derrotado. Después de sufrir fuertes tropiezos, los jefes Insurgentes deciden ir al Norte de la República a buscar refuerzos; pero fueron traicionados por Ignacio Elizondo, en el lugar Ilamado Norias de Bajan. Después de haber caído prisioneros los principales caudillos e iniciadores de nuestra Independencia, fueron Ilevados
La primera etapa de nuestra independencia tuvo una pausa con la muerte de Hidalgo acaecida el 30 de Julio de 1811.
a Monclova, y de ahí a Chihuahua donde fueron fusilados. Posteriormente se les decapitó y sus cabezas se colocaron en jaulas que mandaron al Estado de Guanajuato, siendo colocadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, como escarmiento para futuros levantamientos. Pero esto sólo sirvió para que el pueblo se sintiera mas humillado y sacara coraje, continuando la lucha con nuevos caudillos.